10 mar 2010

Sé de que se trata, por eso me opongo (refrán adaptado a nuestro tiempo)

Los últimos días están plenos de citas sobre intolerancia, autoritarismo, falta de respeto por las instituciones, perversidades, aires destituyentes, crisis, venganza, corrupción, billetera, chequera, soberbia, crispación, irritabilidad y un sinfin de rótulos y títulos que asustan al receptor desinformado, o mejor dicho malinformado, tal como suele ocurrir contemporáneamente en un fenómeno casi mundial.

Producto del hastío, cansancio y hartazgo de tanta manipulación polìtico-mediática ya rayana en lo repugnante, caben algunos pensamientos sobre el enfrentamiento entre quienes gobiernan desde el Ejecutivo, y quienes lo hacen desde los otros dos poderes estatales, el Legislativo y el Judicial, los cuales y mal que les pese, también son por esencia y definición, gobierno.

Por el momento dejemos de lado a quienes pretenden seguir gobernando desde lo privado y oculto; ya volveremos sobre este tema más adelante.

Si vemos los principales actos del Ejecutivo desde 2003, nos daremos cuenta fácilmente dónde está la raíz de tanto odio escalar y su consecuente y superficial apoyo mediático:

- La asunción de gente cercana a la izquierda, facilitada por la abrupta retirada del mesías en las elecciones, que durante un decanato hizo escandaloso uso y abuso de los preceptos neoliberales hasta llevar al país al límite de su existencia como tal.

- El advenimiento de una política firme en materia de juzgamiento y castigo a los responsables del terrorismo de estado de los últimos gobiernos de facto.

- El principio distributivo de los bienes y riquezas del país, salvo algunas excepciones como por ejemplo la minería, que aún continúa igual o peor que en el decanato infame de los noventa, principalmente y no excluyentemente gracias a ciertos gobernadores que supuestamente velan por los intereses de la sociedad toda.

- El énfasis en una economía de producción e inversión pública que permitió subsistir sin sobresaltos los últimos años a cuanta debacle mundial hubo.

- El reencausamiento de los fondos de aportes jubilatorios al Estado y su distribución y aplicación, quitándoles a grupos concentrados su financiamiento gratuito.

- La recuperación de nuestra aerolínea de bandera luego de su vaciamiento.

- Los magros (y malogrados) intentos de adecuación del mercado agrícola ganadero hacia alternativas mas sustentables que la patria sojera.

- La democratización del fútbol televisado.

- El modelo a nivel mundial de la Ley de Servicios Audiovisuales largamente mencionado y ejecutado pese a todos los obstáculos.

- La Asignación Universal por Hijo tan solicitada y por fin concretada.

- Imposición de la agenda política y económica desde el Ejecutivo y no desde los grupos económicos concentrados y del extranjero.

- Y ahora el intento de pagar algo de deuda con una parte de las reservas del país para conseguir nuevo financiamiento mas barato.

Cuando se ve todo así, resumido, se entiende bien a la acérrima oposición inconfesa de planes y alternativas.

Analicemos algunas probables soluciones:

- Traer a una mesa de negociación política a quienes acusan al Ejecutivo de terroristas montoneros para que cambien de opinión.

- Pedirle apoyo moral a quienes aún hoy defienden la tortura, la matanza, la desaparición de personas y el apropiarse de hijos ajenos.

- Quizás sentarse y negociar con quienes dejaron al país sin reservas, sin inversiones, y con préstamos tomados a tasas usurarias.

- Acordar formalmente con quienes piensan en la inversión pública como derroche, que dejen de considerarla un gasto.

- Convocar a los ex dueños y gerenciadores de Afjp para que aporten su experiencia de manejo de dinero tan interesante.

- Oir las sugerencias de quienes levantaron la mano para bajar y congelar las jubilaciones.

- Traer otra empresa privada extranjera para regalarles nuevamente Aerolíneas Argentinas con todos los bienes de capital.

- Quitarle las retenciones a la soja y bajar el iva al glifosato (perdón, ya hubo un legislador con apetito presidencial que lo planteó)

- Obligar por medio de la persuación a los generadores de productos agrícolas exportables que paguen todos sus sueldos al equivalente en dólares de los países desarrollados.

- Sentarse con los cableros multiprovinciales que compraron por monedas sus empresas, y con los mas grandes impresores de infamias pseudo periodísticas para arreglar los nuevos títulos y tapas.

- Pedir colaboración a quienes endeudaron gratuita y alegremente al pais, dejándonos hasta sin ferrocarriles, para que ayuden a reconstruir todo lo devastado pero sin que nadie tenga que pagar por ello.

- Analizar, junto a quienes la generaron, toda la deuda argentina para evaluar su legitimidad.

- Convocar a grupos económicos concentrados y lobbystas internacionales para que diseñen la agenda política y económica.

Quizás así, visto tan grotescamente, a algunos se les abran los ojos y lo que es más importante, la conciencia o el corazón, aunque en un mundo de autómatas programables esto sea casi una utopía.

La realidad es que falta una reforma impositiva de verdad, en vez de un reordenamiento de los fondos de la ley de cheques para hacer de cuenta que somos mas federales que nunca.

También es cierto que las rutas están en estado deplorable pese a los peajes, y esto gracias además a que el tránsito terrestre de personas y mercaderías quedó a merced únicamente de más camiones y micros de doble piso.

Nadie puede negar que las energías limpias brillan por su ausencia, que la inflación empresarial sin sustento en variables económicas nunca cesó, que las hipotecas y los préstamos baratos continúan siendo para quienes no los necesitan, mientras los bancos dan ganancias siderales cada vez con menos empleados, y que los mineros se sacan la lotería todos los días apestando ambientalmente enormes áreas.

No es menos cierto que se siguen aplicando productos agroquímicos en el aire la tierra y el agua que están matando y malformando gente, y que la Justicia no puede o no quiere informatizarse y se ofende casi en bloque por sus casos de corrupción.

Otro aspecto de la realidad es que ya hay tapiceros que cobran por una hora de trabajo el equivalente en dólares a la hora/hombre de un ingeniero de la NASA, mientras que, a pesar de los intentos del RENATRE, le cueste conseguir a un peón rural sus 1500 dólares mensuales para vivir, mientras declamamos querer incrementar las exportaciones por excedentes de producción, y auguramos la falta de stock ganadero a la vez que faenamos animales de 150 kilos, mientras nos movemos en autos y camionetas nuevos después de golpear las cacerolas.

Un Congreso que cree que las últimas elecciones la gente los votó para que sean el Ejecutivo, o porque el pueblo quiere que se opongan absolutamente a todo lo que se plantea, o que piensa que hay que deshacer todo lo realizado, y que carece de la mínima capacidad de tratar algunos de los temas precedentes, sólo por enumerar unos pocos de tantos, sencillamente merece al menos el repudio o el ninguneo tan de moda en periodismo, en lugar de la ya harto irritante bambolla mediática.

Para muchos especialistas en la compra-venta de caca la corrupción, los sobreprecios, la delincuencia, las drogas, la pobreza y otros males endémicos como el dengue sólo existen desde 2003.

Da igual desde cuándo lo crean, total es evidente que no piensan hacer nada al respecto, como no hicieron nada concreto hasta el presente por intentar erradicarlos; esto es más que evidente.

Dialogar, acordar y consensuar sobre qué cosa?

Sean más explícitos por favor, no dejen que pensemos mal en función de lo que percibimos como realidad.

Para mi gusto hay pocos periodistas, ocupando varios trabajos cada uno, y eso es otra cosa que debería cambiar.

Creo que sé perfectamente de qué se trata, y por eso me opongo.