24 may 2010

Internet para pocos

Internet para pocos

Pocas veces en la historia de la humanidad el mundo se ha visto transformado por hechos y descubrimientos impactantes como en las últimas décadas.

Uno de ellos, quizás el más trascendente, es la universalización del sistema de telecomunicaciones que puso al alcance de la mano la interconexión instantánea en todo el planeta de la voz, las imágenes y los datos o textos.

Esta nueva forma de contacto está cambiando, minuto a minuto, las relaciones entre personas y estados con una profundidad tal de manera que resulta casi imposible apreciar sus alcances.

El acortamiento de las distancias prácticamente a cero, es directamente proporcional al surgimiento de nuevas utilidades que facilitan tanto la expresión y la comunión, como el desacuerdo y el silenciamiento, en una innovadora paradoja global comunicacional.

Así como, cada tanto, surgen nuevas utilidades adoptadas masivamente para hacerse conocer y contactarse socialmente, también surgen aplicaciones comerciales inútiles desde el punto de vista evolutivo humano, en el perenne intento de hacer negocio fácil dado por el potencial de llegar en un instante a miles de millones de consumidores.

Es históricamente conocido en el ambiente de sistemas computacionales, que el software aplicativo tiene un retraso en su desarrollo respecto del hardware disponible de por lo menos dos años; es decir, la tecnologia avanza a la velocidad de la luz mientras su aplicación práctica aún va a paso de hombre, en un proceso de dificultosa reversión si no se destina mayor capital humano al efecto.

La aparición de la gran biblioteca instantánea del conocimiento quedará como un hito en la historia de la humanidad.

Hoy práctica y absolutamente cualquier cosa que desee saber ser humano alguno en la faz del planeta, seguramente la encontrará con mayor o menor detalle y velocidad en internet, produciendo un real quiebre en la manera en que las personas toman conocimientos y satisfacen sus inquietudes; los tiempos y recursos necesarios para el saber se han modificado y son manejables, ya no por instituciones, sino por los mismos interesados.

Este cambio de paradigma comunicacional también tiene su lado anárquico, permitiendo como nunca antes en la historia, el desarrollo de las bajezas morales y espirituales más inverosímiles con una difusión casi gratuita por todo el universo conocido, constituyendo otro hecho novedoso también para la humanidad.

En Argentina, como no podía ser de otra manera, también se dan varias caras contrapuestas en este tema.

Por un lado, el desarrollo de última generación tecnológica en telecomunicaciones baratas al servicio del habitante de las grandes ciudades, que va desapareciendo gradual pero rápidamente a medida que nos alejamos del centro de las mismas.

Así es como existen grandes áreas, donde también hay personas con los mismos derechos que los otros ciudadanos (citadinos), que no tienen acceso a telefonía celular y menos aún a la red de redes, produciendo un abismo de posibilidades como mínimo intelectuales entre habitantes de un mismo país.

Mientras por estos días continúa la lucha por la puesta en vigencia de una Ley de Medios de Servicios Audiovisuales tan necesaria como postergada, sobre el tema de la desproporción de posibilidades de acceso a la era de la información, prácticamente nadie dice nada.

Quizás sea porque el citadino de las grandes urbes cree que todo el mundo es como lo percibe a diario, invirtiéndose el resultado de aquel análisis que llevara a Ortega y Gasset en su libro El Tema de Nuestro Tiempo a conclusiones que hoy, no solamente son erróneas, sino diametralmente opuestas.

Otra paradoja se aprecia además, por el hecho de que al ser las telecomunicaciones más baratas por su masividad en grandes centros poblados, éstos están siendo subsidiados por la escasa oferta o la carestía del mismo servicio en áreas de menos recursos o menor rentabilidad empresaria, quienes a su vez se encuentran inevitablemente en inferioridad de condiciones de acceso al nuevo mundo, con lo que el sistema se realimenta permanentemente.

De esta manera, nuevamente los débiles y de menos recursos terminan sustentando a los más fuertes y ricos.

El plan de entrega de notebooks a alumnos de escuelas, de nada servirá de cara al futuro si no se da un cambio en las posibilidades igualitarias de acceso a la red, a costos accesibles, en todo el territorio nacional.

Como toda gran decisión que afecta intereses económicos, requiere de voluntad política de una dirigencia que, para asumir la existencia de tal necesidad, primero debe conocerla y tomar conciencia observando un poco más allá de sus diarias preocupaciones, muchas de las cuales seguramente resuelve simplemente con un click.